jueves, 6 de marzo de 2014

Errores propios, errores ajenos

Una de las cosas que siempre me ha sorprendido de la sociedad española es la falta de asunción de responsabilidades. Lógicamente la política es fiel reflejo de nuestra sociedad y los políticos ciudadanos con las mismas virtudes y defectos que el resto de españoles.

Centrando el tiro, me referiré a los políticos y su total ausencia de autocrítica. Como cualquier persona, los políticos se equivocan, pero jamás lo reconocen. Un recurso muy manido es que cuando a un político se le pregunta qué ha hecho mal, cuando por ejemplo pierde unas elecciones o baja su popularidad en las encuestas, normalmente responde que no ha sabido explicarse, que no ha sabido trasladar su mensaje a la opinión pública, cualquier cosa menos reconocer que ha hecho las cosas mal.

La política local tiene sus peculiaridades. Aquí la cercanía hace que cuando propones algo en un ayuntamiento (o como es mi caso en una Junta de Distrito de Madrid, aunque esta con 233.000 habitantes sea más grande que cualquier otro municipio de la Comunidad de Madrid) y eso se lleva a cabo es gratificante ver como se hacen las cosas y tus propuestas afectan directamente a tus convecinos. Desgraciadamente esto no sucede en Vallecas. En los más de dos años que llevo trabajando allí estoy acostumbrado a que no se aprueben mis propuestas (ni las de ningún otro grupo político) y eso que he llevado al pleno cuestiones tan variadas como la cesión de un solar para crear un huerto urbano, o la construcción de una escuela municipal de música (algo que también llevaba en su programa electoral el propio Partido Popular), la creación de aparcamientos exclusivos para motos, la organización de charlas de seguridad para mayores por parte de policía municipal, una campaña contra la venta ambulante ilegal, la retransmisión de los plenos del distrito vía internet, la renuncia a los asesores por parte de la concejal presidente o su renuncia a su acta de diputado nacional para dedicarse a jornada completa al distrito (esto nunca esperé que lo aprobara el PP), instalar wifi gratuita en las dependencias municipales (al estilo de la que ya tienen los autobuses de la EMT), la publicación de la nómina de la concejal del distrito, la puesta en marcha de la fuente de la Plaza de la Asamblea de Madrid, desarrollar un plan energético de ahorro integral para los edificios dependientes de la JMD, la renuncia por parte de la concejal al uso de un coche oficial… 

En ocasiones algunas proposiciones que compañeros de UPyD plantean en otros distritos y que consideramos interesantes para Puente de Vallecas las presentamos también, como la creación de un punto de recogida de aceite doméstico usado, el uso de centros culturales para programar un ciclo de cine infantil, la creación de puntos de intercambio de libros de texto en los colegios públicos y concertados, o más recientemente la instalación de cambiadores para bebés en los polideportivos y centros culturales del distrito. Esta última proposición ha provocado mi error más grave desde que soy portavoz de UPyD en la JMD de Puente de Vallecas, que no ha sido otro que no cambiar en el documento presentado en el registro el texto donde decía que iba presentado al Presidente del Pleno de Hortaleza (adjunto el documento presentado).

Lo cierto es que durante el pleno reconocí el error, pero como la concejal, Eva Durán, me tiene un especial aprecio no ha perdido la oportunidad de que desde la JMD se haga una nota de prensa resaltándolo, a pesar de que el informe jurídico solicitado por el PSOE sobre la idoneidad de debatir o no la propuesta, por un supuesto de forma, nos diera la razón y dijera que al haber presentado la proposición en el registro de Puente de Vallecas y hacer referencia en el texto de la misma al distrito de Puente de Vallecas, quedaba claro que la intención de dicha proposición era presentarla al pleno de este distrito y no de Hortaleza, amén de que no existe una modelo tipo de presentación de proposiciones.

Pero como creo que el fair play debe estar por encima de todo, voy a contribuir a su difusión de la nota de prensa publicándola en este blog. Y por cierto, con la lectura de esta nota de prensa, por si a alguien le cabía alguna duda, queda claro el poco respeto por la profesión periodística que tienen en el PP de Madrid, así como la ausencia total de personas capaces de hacer una correcta redacción, a pesar de que en el departamento de comunicación del Ayuntamiento de Madrid, además de un director general, que cobra casi 90.000 euros, hay contratados 23 eventuales, vamos, lo que viene siendo colocados a dedo que nos cuestan a todos los madrileños más de un millón de euros al año, un presupuesto que pocas multinacionales se pueden permitir en sus departamentos de comunicación.


No me he podido resistir a marcar los errores de la nota en amarillo

Lo que no parece muy lícito es que se usen recursos públicos, para redactar y difundir la nota, para un ataque a un rival político y más aún cuando en el currículum oficial de la concejal aparece como Licenciada en Ciencias de la Información. Vamos que ella misma la podría haber redactado y difundido. 

Ahora que cito el currículum de la concejal, me viene a la mente que en varias ocasiones en los debates en el Pleno, el concejal del PSOE en Puente de Vallecas, Pablo García Rojo, ha puesto en duda la veracidad de dicho curriculum. Ya lo dije en el pleno del mes de enero “si alguien pusiera en duda mis títulos académicos, soy licenciado y diplomado, les daría con ellos en la cabeza… sin quitarles el marco”, espero que esto se entienda como una figura retórica y no una apología de la violencia. Mi intervención no trataba más que echar un capote a la concejal, pero por su respuesta atacándome directamente y no haciendo referencia a su titulación, me hace sospechar que el concejal socialista llevaba razón.

Esta cuestión está ahora más de actualidad que nunca con el caso del recientemente nombrado (a dedo) candidato del PP a las elecciones andaluzas, Juan Manuel Moreno. Este sujeto, cuyo único mérito ha sido pertenecer al Partido Popular, porque no ha trabajado nunca en nada que no sea la política (de nuevo encuentro un parecido razonable entre el PP y el PSOE con Susana Díaz, la presidenta “sin currículum”), ha variado su curriculum académico en tres ocasiones en la web oficial del Congreso.



Cuando uno se mete en política, al menos en mi caso, nunca pensaría que alguien puede mentir de manera tan flagrante en su propia formación. Yo pensaba que lo de Luis Roldán, aquel sinvergüenza que fuera director de la Guardia Civil, había sido un caso aislado y que es tan fácil pillar a alguien en una mentira así, que nadie se atrevería a hacerlo. Pues está claro que hay políticos que mienten con una soltura tal, que dejarían en ridículo al mismísimo Pinocho.