martes, 21 de agosto de 2012

Un museo para el R-11 Príncipe de Asturias


El que ha sido buque insignia de la Armada Española desde 1986, el portaaeronaves Príncipe de Asturias, va a ser enviado al desguace. Los intentos de venderlo a algún país amigo, para siguiera en activo, han sido en vano, ya que un buque de esa antigüedad no resulta rentable para ninguna armada moderna o que aspire a serlo.

El R-11 ha sido nuestro buque insignia desde la década de los 80

La cuestión es que nuestro ejército no se puede permitir tener a la vez en activo dos navíos como son el R-11, Príncipe de Asturias, y el L-61 Juan Carlos I, un Buque de Proyección Estratégica que recientemente ha entrado en servicio.

Nuestra Armada no se puede permitir tener en servicio dos barcos de estas características

Entonces, ¿qué hacer con el Príncipe de Asturias? Como suele ser habitual se ha tomado la solución más fácil, llevarlo al desgüace. Pero me parece que si lo que queremos hacer es potenciar la cultura de defensa en España y además luchar contra la crisis económica, lo que nos hacen falta son ideas originales o, al menos, buenas ideas (porque lo que quiero proponer desde estas líneas, ni siquiera es original). Convirtamos el R-11 en un museo flotante.

El Príncipe de Asturias con Harrier y helicópteros en la cubierta de vuelo


Estados Unidos y Gran Bretaña son dos países que invierten mucho en la imagen de sus Fuerzas Armadas. Los museos militares en estos países son claros ejemplos, por ello no quiero dejar pasar la ocasión para recomendar la visita al Imperial War Museum, el mejor museo militar de Londres, que no el único, y uno de los mejores del mundo.

Portaaviones Intrepid en Nueva York

En el Tamesis podemos encontrar el HMS Belfast (C35), un Crucero Ligero que estuvo en servicio en la II Guerra Mundial, como buque de escolta de los convoyes árticos (allí participó en la batalla del Cabo del Norte, donde se hundió el acorazado alemán Scharnhorst), además de formar parte de la flota que bombardeó las defensas alemanas en Normandía durante el día D. En junio de 1945 se le destinó al Lejano Oriente y más tarde estuvo en la Guerra de Corea entre 1950 y 1952. En 1963 fue dado de baja de la Armada y en 1971 se convirtió en barco museo, dependiente precisamente del citado museo imperial de la guerra.

HMS Belfast en el Támesis, cerca del Puente de Londres



Un buen ejemplo norteamericano (hay varios) lo encontramos en Nueva York, donde se encuentra el USS CV-11 Intrepid, uno de los 24 portaaviones de la clase Essex que estuvieron en servicio en la II Guerra Mundial, este concretamente en el teatro de operaciones del Pacífico (participó en la famosa batalla del Golfo de Leyte) y que, tras una remodelación en los años 50, siguió en servicio como portaviones de ataque primero (CVA) y más adelante como portaaviones antisubmarinos (CVS), participando en la guerra de Vietnam, y también formando parte en la década de los 60 del Programa Espacial Gémini, hasta su retirada del servicio en 1974, para convertirse en 1982 en buque museo de la Fundación Intrepid Sea-Air-Space Museum.



En ambos casos, miles de visitantes acuden cada a año a ver estos dos barcos cargados de historia y en los que se organizan exposiciones temporales y exhibiciones de todo tipo, incluso en el HMS Belfast campamentos de verano para niños que pueden dormir en los camarotes del barco. Tiendas y restaurantes son interesantes fuentes de ingresos, gracias a la venta de libros y todo tipo de “merchandising”. ¿Por qué no hacemos lo mismo con el R-11 Príncipe de Asturias?

Restaurante en el HMS Belfast

Ahí dejo mi propuesta.

2 comentarios:

  1. Ineteresante propuesta

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  2. Estimado Ruben. creo que a muchos nos hubiera gustado que el barco acabara como museo; en mi caso ademas se une el haber navegado, despegado y tomado en él en sitios como Turquia, Egipto, GRecia, Francia, Canarias, Azores, Italia, Tunez... Pero hay un problema muy gordo y es el dinero. Dinero para contratar un seguro que cubra el desarrollo de cualquier actividad en el barco; dinero para pagar el amarre de los casi doscientos metros de eslora de un muelle comercial; dinero para pagar la toma de electricidad, agua y servicios de recogida de residuos, dinero para tener 24 horas de vigilancia a bordo para seguridad interior (incendio, inundaciones, etc) y exterior (evitar okupas, por ejemplo). Una vez hecho ese gasto inicial, empezamos a trabajar en como rentabilizarla (hasta ahora no estamos cobrando nada ni obteniendo beneficio de la inversion). Efectivamente se puede rentabilizar mas o menos y obtener una subvencion mayor o menor...pero la Armada tiene problemas para mantener los barcos operativos, desgraciadamente la epoca en que vivimos obliga a tomar decisiones como esta. Y si bien otros buques han sido "adoptados" por algun ayuntamiento, vease algun submarino clase delfin, el PDA es un pedazo de barco nada facil, y menos aun barato de mantener a flote. Cuando quieras quedamos en la terraza y hablamos largo y tendido. Un abrazo. j.

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