viernes, 10 de febrero de 2012

Alfredo Pérez Rubalcaba: Todo sigue igual


El primer análisis que tengo que hacer sobre el 38º Congreso del PSOE es que lo mejor del mismo es que por fin se ha acabado. 

Alfredo Pérez Rubalcaba ganó el 38 congreso, la duda es si volverá a ser candidato del PSOE a la presidencia del gobierno en las próximas elecciones generales

Me parece que en las últimas semanas hemos recibido un exceso de información, especialmente en la televisión pública, que los españoles no nos merecemos. Está claro que el partido socialista es el segundo partido más votado de España, con 6,9 millones de votos, pero por el mismo motivo hay que decir que 28,9 millones de españoles no le han votado. No ha habido hasta la fecha una cobertura mediática comparable en ningún otro congreso, de ningún otro partido y eso no es legítimo. El PSOE se ha aprovechado de la lentitud del Partido Popular a la hora de “hacerse con los mandos” (cosa que sucederá más pronto que tarde para desgracia de los que creemos que las televisiones públicas no deberían estar politizadas) de la televisión pública y su congreso se ha convertido en una inmensa autopromo. El 38º Congreso ha eclipsado a cualquier otra noticia.

Con todo, he seguido regularmente la campaña de ambos candidatos, prestando especial atención a todo lo que ha tenido que ver con sus discursos, mensajes y comunicación política. Aunque parezca obvio, no hay que olvidar algunas cosas. Este congreso no es, ni de lejos, lo mismo que unas primarias (algo de lo que el PSOE lleva huyendo desde el “experimento Borrell”). Por lo tanto, los mensajes que lanzaban los candidatos no iban dirigidos al conjunto de la ciudadanía, ni siquiera a todos los militantes. Han ido dirigidos a los delegados.

Para los que no sepan como funcionan este tipo de congresos, les diré que son lo más parecido a un mercado persa que puede haber. Los delegados, normalmente, se reúnen por agrupaciones y el sentido de su voto no se decide pensando en lo mejor para España, ni siquiera pensando en lo mejor para su partido. Simplemente es un intercambio de cromos: vosotros me votáis y yo coloco a x de los vuestros si salgo elegido. Precisamente por este mercadeo se hace imprescindible que los partidos políticos se conviertan en organizaciones más democráticas, en las que las primarias se conviertan en una norma y no en una excepción.

Oír hablar de renovación a Rubalcaba y Chacón ha sido algo verdaderamente gracioso. La renovación no puede venir de dos personas que han estado en los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero. Chacón lleva desde el año 2000 en puestos de dirección dentro del partido, mientras que el nuevo Secretario General, ya fue ministro con Felipe González. Si esto es renovación… Ahora que para risa de la buena, recomiendo no perderse el siguiente video


Javier Arenas “acusando” a los socialistas de llevar 30 años en política y que estos no pueden encabezar el cambio. Impresionante. No tengo palabras para describirlo. El diccionario se queda corto para tamaña desfachatez. Él que ha perdido más elecciones que nadie. Él que ya fue ministro con Aznar en su primer gobierno. Pues ahora el personaje trata de encabezar el cambio que los andaluces piden a gritos.

Si esta es la encarnación del cambio... pobres andaluces


Mucho se ha hablado de los discursos de los dos candidatos a la secretaría general. Tal y como he explicado antes, la inmensa mayoría de los delegados tienen claro su voto antes de la “hora H”, pero bien es cierto que con un margen tan estrecho, el último discurso pudo ser determinante para que la balanza se inclinarla de uno u otro lado.

Rubalcaba no estuvo en uno de sus mejores días, pero desde luego Chacón demostró que le falta mucho para dominar el arte de hablar en público. Sin entrar en el contenido, allá cada cual con sus mensajes, quisiera dedicar unas líneas a las formas y especialmente a las de Chacón, más que nada por que la considero perdedora, más que ganador a Rubalcaba.

Carmen Chacón ha perdido su gran oportunidad, no que no significa que se haya quemado políticamente. Seguro que volverá a la carga, más pronto que tarde

Carmen Chacón ha contado durante toda la campaña con el inestimable apoyo de su marido, Miguel Barroso, que si sabe de algo es precisamente de comunicación. Lo malo es que en esta ocasión, sus consejos no han servido para alcanzar el objetivo propuesto. Durante toda la campaña del congreso hemos notado que los mensajes de Chacón eran demasiado “enlatados”. Se notaba la búsqueda del titular fácil, del slogan. Chacón ha abusado en todo momento del retruécano (menudo palabro), con frases como “hay quien quiere contar militantes, pero lo que importa es que los militantes cuenten” “queremos un cambio seguro, pero seguro un cambio” En realidad ambas son frases vacías de contenido, pero que quedan bien en un informativo. 

La puesta en escena del discurso de Chacón fue demasiado acelerada, atropellada me atrevería a decir. Se quedaba sin aire a cada frase, entonaba mal, perdía el tono de voz… Una interesante práctica es ver un discurso sin volumen. De ahí se sacan muchos detalles que con sonido nos perdemos. Carmen pareció enfadada de principio a fin. 



No quiero cerrar el artículo sin hacer un comentario sobre la guerra mediática que se ha producido en paralelo al congreso. Los dos grades grupos de comunicación que apostaban por uno u otro candidato: PRISA y Mediapro. La inminente quiebra del Diario Público, veía en la victoria de Chacón una última tabla de salvación a su lamentable situación económica. Sin embargo, El País, que apostó desde el principio por Rubalcaba en lo que algunos denominaron “guerra sucia”, ha salido bien reforzado. Estaba claro que en Sevilla se elegía mucho más que al secretario general de un partido político.