jueves, 26 de enero de 2012

Hace cien años…

El próximo mes de abril se cumplirán 100 años del hundimiento del Titanic y he pensado que esta fecha es una excusa, como otra cualquiera, para hablar un poco de historia. La segunda década del siglo XX es una de las más apasionantes de la centuria y no sólo por que durante la misma se produjo la guerra más cruel y sangrienta que hasta ese momento había vivido la humanidad, sino porque durante ese decenio se sentaron las bases para el cambio radical que se produciría en los siguientes años y que marcaría el siglo XX. 

El Titanic fue una maravilla de la técnica en su tiempo. Era capaz de desarrollar las mismas velocidades que cualquiera de los cruceros modernos, como el recientemente hundido Costa Concordia
Para los historiadores anglosajones la I Guerra Mundial y la Revolución Rusa marcan el final de un ciclo, comparable a la Revolución Francesa y el fin de la Era Moderna. La Sociedad de Naciones, creada tras el conflicto, quiso ser la solución a todos los conflictos futuros y en realidad fue un fiasco en toda regla. Fue la apuesta vital de su creador, Woodrow Wilson, el 28º presidente de los Estados Unidos de América, que gracias a su labor de mediación en el Tratado de Versalles y sus 14 puntos fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz (igualitos son los méritos del presidente 28º con los del 44º). Pero a pesar de haber “abandonado” su país durante más de seis meses, algo único en la historia de los Estados Unidos, para negociar las condiciones del tratado de paz y la constitución de la Sociedad de Naciones, a su vuelta no consiguió que el Congreso (durante la ausencia del presidente, el partido demócrata perdió la mayoría y por lo tanto su control) aprobase la entrada del país en dicha sociedad, con sede en Ginebra. Con los Estados Unidos fuera de la organización, y la falta de una fuerza militar, como en más tarde fueron los cascos azules, la Sociedad de Naciones no fue más que un foro de buenas intenciones, que no sirvió para nada.

La Sociedad de Naciones fue una buena idea que se quedó en papel mojado

El presidente número 28 de los Estados Unidos recibió el Premio Nobel de la Paz por su mediación durante el Tratado de Versalles para conseguir unos términos lo más razonables posible para todas las partes
Pero, ¿cómo era el mundo en esos años? 

La Revolución Rusa marcó el siglo XX, al menos, hasta la caída del Muro de Berlín. Esta es una de las imágenes más conocidas de la revolución, en la que Stalin fue borrando uno a uno a sus antiguos camaradas según los fue "purgando" (empezando por Trosky, el primero en la escalera)

Los descubrimientos técnicos que se realizaron en esa época cambiarían el mundo. Los hermanos Whrite fabricaron el primer aeroplano en 1903 y en los años 20 ya eras capaces de cruzar el Atlántico. El desarrollo de la ingeniería naval permitió construir grandes trasatlánticos, como el famoso Titanic, capaces de desplazarse a más de 20 nudos de velocidad de crucero y transportar a miles de pasajeros con las comodidades de un hotel de lujo. Los automóviles se desarrollaron a pasos agigantados, gracias en buena medida a su contribución al esfuerzo bélico, motivo por el cual los contendientes invirtieron en su desarrollo. El Ford T se convirtió en el primer modelo que se fabricó en cadena, con la consiguiente reducción de sus costes. Los ferrocarriles también modernizaron infraestructuras (las primeras líneas electrificadas de los Estados Unidos datan de esa época) y locomotoras, disminuyendo los tiempos de desplazamiento. La prensa adquirió, también en buena medida gracias a su uso propagandístico durante el conflicto, una relevancia hasta entonces desconocida. La medicina progresó lo suyo, lógicamente por la conflagración mundial. 


Una leyenda del automóvil: el Ford T, primer coche construido en una cadena de montaje

El movimiento sufragista se desarrolló a la par que el anarquista perdía fuerza y los bolcheviques tomaban el Palacio de Invierno. El cine, aún mudo, se expandía a un ritmo vertiginoso y la primera estrella global de Hollywood exhibía su bombín por las salas de todo el mundo. Enrico Caruso brillaba en los teatros de Europa y América, además de popularizar la ópera gracias a sus grabaciones.  La derrota de los grandes Imperios multinacionales y la desmembración de los mismos, dio impulso al nacionalismo como ideología política. La electricidad se extendió por Europa y Estados Unidos, así como las líneas telefónicas. Expresionistas, modernistas, fauvistas, cubistas… competían marcar tendencia en el mundo del arte. Hasta el deporte se extendió de manera inaudita. Los Juegos Olímpicos, por un lado, y el fútbol, por otro, crearon nuevos hábitos en muchos europeos. 

Enrico Caruso

Entre 1911 y 1920 pasaron muchas más cosas de las que la mayoría de la gente puede imaginar y, desde luego, muchas más de las que he descrito en este artículo. Sea como fuere espero que haya resultado interesante.

El Barón Rojo (Rittmeister Manfred Albrecht Freiherr von Richthofen), fue el piloto de caza más conocido del conflicto, logró derribar a 80 aviones enemigos con lo que se convirtió en el mayor as de la aviación alemana. Fue condecorado con la Blue Max o Pour le Mérite, la más alta distinción prusiana